El proyecto, que ve la luz gracias a una estrecha colaboración entre +studi y las Asociaciones Locales de Donantes de sangre, órganos y médula ósea, surge con la intención de presentar la donación como un modo de acercarnos al prójimo, quienquiera que sea, ofreciendo el posible para ayudarlo cuando atraviesa momentos de dificultad. En una sociedad en la que cada vez con más frecuencia se dejan de lado las ocasiones de contacto real entre las personas, donar significa relacionarse, dialogar, abrirse: de este modo hemos querido interpretar y homenajear el esfuerzo que realizan estas asociaciones con su valiosa actividad de voluntariado.
Construido en acero corten y descansando sobre una base de hormigón, el monumento representa el punto de encuentro entre dos figuras estilizadas. La primera – el “donado” – se inclina hacia adelante, empujada hacia abajo por las adversidades que está experimentando. El segundo, sin embargo, trata de ayudarla y sostenerla con una parte de sí misma: es el donante. El único elemento realizado en acero inoxidable representa el “don”, aquello que se ofrece para ayudar al Otro: es aquí que se encuentra grabada la frase “No sé quién eres, pero te cuidaré”, el verdadero sentido del gesto de la donación.
Con la reciprocidad que se produce gracias a esta dualidad – todos podemos ser tanto donantes como receptores al mismo tiempo – se crea ese sentido de comunidad y solidaridad que resulta esencial para una buena convivencia: es por eso que esperamos que esta obra ayude a sensibilizar a las personas sobre la donación en general, y en particular modo la de sangre, órganos y médula.